¿Qué hacer cuando tu ordenador no arranca ni muestra señales de vida?

Llegas a casa después de un largo viaje. Y coges tu portátil, lo pones sobre tus piernas y pulsas el botón de encendido. Nada sucede.  Lo vuelves a pulsar pensando que no se realizó correctamente la anterior pulsación, o se te ha resbalado el dedo. Y nada sucede. Cierras los ojos y respiras hondo, pulsando de nuevo el botón, con una pulsación profunda y prolongada. Y nada sucede.

Vienen a tu cabeza, en principio, datos que puede que hayas perdido. Tras ello, todas aquellas tareas que has postergado y necesitas tu ordenador para su realización. Te paras por un momento y respiras hondo. – Que no cunda el pánico – te dices a ti mismo y, aunque jurarías que la batería está totalmente cargada vas a por el cargador. Lo enchufas y ves cómo la luz de corriente de tu ordenador se enciende. Sonríes porque, al menos algo ha reaccionado. Piensas que ha sido el remedio a todos tus males informáticos y optimista vuelves a acercar tu dedo lentamente al botón de encendido, sintiendo una especial satisfacción cuando por fin pulsas dicho botón. Y nada sucede.

Ahora sí estás desesperado. ¡Lo has perdido todo! ¡Nada volverá a ser como antes! Piensas en la fecha de compra de tu ordenador para ver si sigue en garantía y si necesitas contactar con la tienda donde lo compraste… ¿dónde está la factura? ¡Ah! Por seguridad la escaneé y… la tengo en el ordenador (o lo compré online, y la tengo en el ordenador de todas todas).

Las empresas de ordenadores suelen ser muy lentas en tramitar las garantías, si has tenido alguna experiencia en el pasado, has podido estar sin ordenador durante meses, y eso a día de hoy no puede ser. Así que piensas en comprarte un pequeño ordenador de esos maluchos que te haga el apaño mientras no tienes tu equipo y ya lo venderás en eBay o Wallapop. Pero claro… ¡mis datos van a viajar por todo el país y parte del extranjero! Seguro que quien arregle mi ordenador se pone a curiosear mis fotos, acceder a mi Facebook o me roba la idea de esa novela que estoy escribiendo y va a ser un Best Seller…

Bajemos a la Tierra

Puede que alguna vez te hayas sentido así, o conozcas a alguien que se haya sentido así. Es una sensación normal. Y, es que, si pensáramos en la complejidad que encierra un ordenador, ya sea de sobremesa o portátil, lo primero que deberíamos preguntar es: ¿por qué no falla más?

El fallo que describo al principio del post es cuando el ordenador no hace absolutamente nada, la pantalla no se enciende, a veces las pantallas cogen algo de brillo, pero no muestran ninguna imagen. Por supuesto no sale el logotipo del fabricante, ni letras, ni el inicio del sistema. Y, a veces, ni se escuchan los ventiladores. (En el caso de los ordenadores de sobremesa, el ventilador de la caja sí que se enciende, pero no el del procesador o el de la gráfica).

Antes de echarnos las manos a la cabeza y empezar a pensar en desastres informáticos, debemos saber que nuestra información no está perdida. O, al menos es muy poco probable que esté perdida, así, de repente. Ya tengamos un disco duro magnético o SSD, hace falta un imán muy muy potente para romper la información de nuestro disco duro magnético y una tensión muy fuerte para romper nuestro SSD, o simplemente un destrozo a conciencia, incluyendo la incineración. Hoy en día nuestros ordenadores tienen buenos sistemas de protección, por lo que, aunque nuestro ordenador no funcione, podremos conectar el disco duro a otro ordenador y rescatar la información.

Debemos estar preparados

Debemos ser conscientes de que los fallos de hardware existen. Es cierto que, casi siempre que un ordenador no se comporta como debe, suele ser un fallo de software. Y es que, si llegamos a ver algo en la pantalla, o el arranque de nuestro sistema operativo, ya sea Windows, GNU/Linux o Mac OS X, y el ordenador no termine de arrancar, lo más probable es que sea un fallo de software.

Pero en ocasiones puede ser un fallo en la placa base, la CPU, la gráfica, la RAM o alimentación. En definitiva, puede ser cualquier cosa. Pero primero debemos agotar todas las posibilidades.

Algo que merece la pena probar

Por tanto, si tu ordenador no hace absolutamente nada, podemos probar a retirar la batería (en caso de portátil), desconectar la alimentación, y dejar pulsado el botón de encendido durante 30 segundos. Tras ello, podemos volver a conectar la alimentación (en algunos equipos también es necesario conectar la batería) y probar si funciona.

Puede que 30 segundos no sea suficiente, por lo que podemos repetir la operación de nuevo, o pulsar la tecla de encendido durante varios minutos (podemos poner encima un pisapapeles, por ejemplo, el objetivo es dejarla pulsada).

Lo que estamos haciendo con esta técnica es reiniciar la configuración de la BIOS del ordenador al mismo tiempo que descargamos por completo todos los componentes de la placa base, porque siempre hay pequeñas cargas eléctricas que pueden fastidiarnos el día.

Si esto no funciona, también podemos probar desconectando componentes como el disco duro o la RAM y tratando de encender de nuevo sin estos componentes. No debe salir funcionando, pero al menos hacer algo diferente como emitir un sonido, encender el ventilador de la CPU o algo parecido.

¡Mucha suerte!

Foto principal: Alejandro Escamilla